EL PRINCIPIO

En el año 2005 a través de una beca otorgada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), seis maestros tradicionales del Totonacapan liderados por Cruz Ramírez Vega (actual coordinador de la Casa-Escuela de Música y Danza Tradicional Totonaca, sede Parque Takilhsukut) iniciaron el sueño de transmitir a las nuevas generaciones los conocimientos ancestrales del ritual del volador; mediante los métodos tradicionales como los ensayos, las actividades comunitarias, los talleres y presentaciones al público. Perfeccionando la ejecución en los niños y jóvenes, coadyuvando su promoción y difusión a nivel local e internacional así también considerando la preservación del Tsakatkiwi o árbol del palo volador.

Desde el año 2006 las escuelas comunitarias de voladores pasaron a formar parte del Centro de las Artes Indígenas (CAI), proyecto inscrito en la Lista de Buenas Prácticas para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) donde actualmente permanecen.

OBJETIVO

Contribuir la formación de alumnos voladores “completos”, mediante las técnicas tradicionales y actuales de trasmisión, desarrollando alumnos especialistas en las diferentes danzas rituales de la región, con capacidades para su reproducción, transmisión, gestión y salvaguarda.

MÉTODO DE TRABAJO

El “ser volador” se concibe como un ritual integrador, pues dentro de su proceso formativo el practicante desarrolla el arte de la danza, la música y el vuelo; en este sentido la propuesta formativa además de desarrollar estas artes en el campo del ritual de volador ayuda a que el practicante descubra su don en otras danzas de la región.

Como artistas tradicionales los alumnos están encaminados a desarrollar destrezas físicas, pero sobre todo a valorar el proceso creativo, pues es ahí donde se establece el contacto con lo natural y espiritual que son elementos fundamentales para el desarrollo adecuado y libre del don.

La intervención de los abuelos, abuelas y las familias de los alumnos son indispensables en el descubrimiento y desarrollo del staku (don), ya que son ellos los primeros que impulsan y motivan a sus hijos a practicar determinado arte, además de que inculcan valores que permiten tener el comportamiento adecuado para el aprendizaje de las danzas rituales o de cualquier arte.

El aprendizaje del volador es para toda la vida, existen conocimientos, habilidades y valores que se adquieren y desarrollan de acuerdo con las etapas de desarrollo humano que implican en algunos casos la fuerza física y el tiempo en el que se alcanza la madurez emocional y espiritual de un artista. Es importante considerar que en la Casa-Escuela de Música y Danza Tradicional Totonaca no se tiene un límite de edad para incursionar ya que como se expresó anteriormente el staku (don) se desarrolla libremente y no se tiene un tiempo determinado para su expresión, por tal razón se reciben alumnos de diferentes edades de 6 años en adelante.

Los maestros tradicionales ponen en práctica las siguientes estrategias para la enseñanza del volador que a lo largo de la historia han sido elementos fundamentales para la transmisión de las tradiciones:

La representación dancística. Los maestros tradicionales atraen la atención mediante los ensayos que realizan, con ello los alumnos se motivan al verlos danzar y disfrutar del arte.

Acompañamiento. Los alumnos no se deben sentir solos en su proceso de formación de voladores, por esta razón que los instructores establecen un vínculo emocional para que se sientan en confianza cuando realizan sus actividades, incluso esto es fundamental cuando el alumno realiza su primer vuelo.

Fomento de valores. Para el desarrollo del arte se requiere de un comportamiento integro que propicie un ambiente para la convivencia sana entre alumnos y maestros.

Integración. Es fundamental que el alumno participe en todas las actividades que se realicen dentro y fuera del lugar de enseñanza, pues de esta manera el alumno va adquiriendo la noción de cómo será su participación y casi siempre se da por imitación.

Talleres. El aprendizaje también se transmite cuando se enseña a elaborar la indumentaria, los instrumentos o los componentes del equipo de vuelo.

La comunalidad. Mediante la interacción y trabajo en colectivo, los maestros tradicionales fomentan los valores comunitarios de cooperación que muchas veces mejora la calidad de las actividades y refirman la identidad grupal.

FORMACIÓN EN EL TIEMPO

No hay un tiempo límite para la formación de los alumnos, es un aprendizaje continuo. Se ha establecido que la formación como Casa/Escuela de Voladores sea de 6 hasta los 18 años; pero fuera de la escuela de voladores seguirá formándose.