EL DON DEL VOLADOR

“Ser Volador es un don. Es tener facultad espiritual para ser digno representante de un pueblo ante nuestras deidades. Apropiarse de todos los conocimientos ancestrales del guía espiritual. Los Voladores, así como las tradiciones y costumbres, dan una identificación original basada en la naturaleza y en la espiritualidad.”

El agradecimiento y la espiritualidad forman parte de este ritual sagrado.

HISTORIA

Aunque es difícil determinar dónde se originó y cuáles fueron los procesos de su dispersión, se sabe que el Ritual de Voladores se remonta, al menos, al año 600 a.C., es decir, se ha practicado por más de 2500 años (Urcid, 2006, Arqueología Mexicana, vol. 14, núm. 81, pp. 70-74).

Cuando llegaron los españoles, la Ceremonia ya se había difundido ampliamente por Mesoamérica, siendo documentada por primera vez en el Códice Azcatitlán (1530) y, posteriormente, en el Códice Tepeucila (antes Códice Fernández Leal, 1540). También destacan los escritos de Jerónimo de Alcalá (1541) y Fray Juan de Córdova (1578).

Durante la Conquista y la evangelización, la Ceremonia fue vista más como espectáculo que como rito; así sobrevivió a las prohibiciones y llegó a realizarse en el marco de celebraciones cristianas. Ejemplo de esto es cuando se llevó a cabo en el bautizo de los indios de Colhuacán, en 1530 (Códice Azcatitlán). 

Guy Stresser-Péan, notable arqueólogo francés con más de 60 años de trabajo en México, concluye lo siguiente:

“Conviene insistir en que ninguna interpretación del rito del Volador podrá ser considerada como la interpretación definitiva, mientras no se haya hecho todo lo necesario para recabar entre los indígenas actuales las últimas tradiciones vivas relacionadas con esta danza”.

2008, Viaje a la Huasteca con Guy Stresser-Péan, México, FCE

Es por esto que desde 2008, el Consejo Estatal para la Preservación de la Ceremonia Ritual de Voladores desarrolla acciones para su conservación y difusión.

CÓDICES

Figurilla de cerámica, maqueta y foto del sitio Guachimontones, en Jalisco (200-900 d.C). En algunas de sus edificaciones circulares se presume que se ponía un poste, del cual los sacerdotes se sujetaban y se mecían de un lado a otro simulando el vuelo de un ave. Tal tradición era una ofrenda al dios Ehécatl. 

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MAQUETA DEL SITIO

Anónimo novohispano, Biombo con desposorio indígena y palo volador.

Óleo sobre tela, CA. 1690 Colección County Museum of Art, Los Angeles, California.

Vuelo frente a la Pirámide de los Nichos, El Tajín, en los años 30

Reprografía: D.R. © Marco Antonio Pacheco ARQUEOLOGÍA MEXICANA / Raíces. Reproducción autorizada
por la revista Arqueología Mexicana

Bautizo de indígenas de Colhuacan en 1530.

Códice Azcatitlán.

UBICACIÓN Y DIVERSIDAD

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La Ceremonia Ritual de Voladores, cuyo origen se sitúa –según algunos investigadores- en el occidente mexicano (Jalisco), ha sido practicada por distintas etnias mesoamericanas; debido a su antigüedad y a fenómenos migratorios existen variantes.

Es en la zona del Totonacapan, y específicamente en la región de Papantla y demás zonas aledañas a El Tajín, donde se ubica su centro de confluencia. Ahí la Ceremonia Ritual de Voladores se ha constituido como un ícono sólidamente identificado, pues los totonacas han asumido la paternidad del elemento, protegiéndolo -como esencia de su identidad- de los múltiples factores de riesgo en el pasado (conquista, colonización, inquisición, etc.) y en el presente (migración, comercialización excesiva, depauperización económica de los campesinos danzantes, modelos educativos homogeneizantes, aculturación de las nuevas generaciones, deforestación, etc.)

No obstante, su disposición a convivir con el exterior, los totonacas son cuidadosos en cuanto a la conservación de sus valores culturales. En el caso específico de la Ceremonia Ritual de Voladores, aunque aceptan mostrarlo a turistas, el Consejo de los Ancianos del Totonacapan, interesado en preservar la identidad, ha apoyado la creación de diversas Asociaciones de Voladores y Escuelas de Niños Voladores con el propósito de preservarlo en su forma original y estimular el conocimiento profundo de su significado.

Algunas de las comunidades o grupos que llevan a cabo la Ceremonia Ritual de Voladores son:

• Totonacas de la sierra y de la costa norte de Veracruz (principalmente de los municipios de Papantla, Zozocolco de Hidalgo, Filomeno Mata, Coyutla, Coatzintla, Coxquihui y Mecatlán), así como de los estados de Puebla (Cuetzalan, Caxhuacan y Huehuetla) e Hidalgo. Cabe también destacar la importancia de la escuela Kgosni del Centro de las Artes Indígenas de Papantla, para niños Voladores Totonacas.

• Teeneks de San Luis Potosí.

• Nahuas de Hidalgo y Puebla. Se destaca la importancia de la escuela comunitaria de niños Voladores Nahuas de Xolotla, Pahuatlán.

• Tepehuas del norte de Veracruz. Aunque en esta zona, la práctica de la Ceremonia ha caído en desuso.

• Ñañús de Puebla. Se destaca la importancia de la escuela comunitaria de niños Voladores de la comunidad de Chila, Municipio de Honey.

• Mayas (hablantes de k’iche’, kaqchiquel, achí y tz’utujil) de Guatemala.

• Piples de Nicaragua.

Sus características específicas son:

GRUPO ÉTNICO UBICACIÓN GEOGRÁFICA (ESTADOS) NOMBRE ESPECÍFICO DE LA CEREMONIA FECHAS USOS, RITUALES FESTIVOS Y SOCIALES
Totonacas
Región de Papantla en el estado de Veracruz (costa y sierra), Sierra Norte de Puebla y algunos municipios del estado de Hidalgo.
Kgosni (Volador)
Asociadas con los ciclos agrícolas, el equinoccio de primavera y las fiestas patronales.
La Ceremonia es un rito de merecimiento. Con su celebración obtienen prosperidad, buenas cosechas y larga vida. Toda la comunidad se prepara espiritualmente. Los Voladores se convierten en intermediarios entre las deidades y lo terrenal.
Teenek
Región huasteca de San Luis Potosí.
Bixom T’iiw (Danza del Gavilán)
Asociadas con ciclos agrícolas y con agradecimientos a las fuerzas de la naturaleza como Muxi, Dios del Mar.
Los danzantes se ofrendan para la supervivencia del Sol y de Dhipak, Dueño del Maíz. Existe participación comunitaria para comunicarse con la naturaleza, la vida y el cosmos.
Nahuas
Sierra de Puebla (municipios de Huauchinango y Pahuatlán) y estado de Hidalgo
Bixom T’iiw (Danza del Gavilán)
Carnaval y ciclos agrícolas.
Con la Ceremonia, se ayuda al héroe cultural (Cristo Sol) a triunfar sobre el mal. Variantes:
• Los danzantes son Señores del Rayo y de la Lluvia. En lo alto del palo, evocan al Dios celeste. Cuando descienden, son mensajeros de la deidad y transportan a la tierra el principio de la masculinidad.
• Los danzantes son el Viento y sostienen el cosmos desde los cuatro ángulos.
Ñañhus
Hidalgo y Puebla (Chila, municipio de Honey).
Ratakxöni (Los que vuelan)
Ciclos agrícolas, equinoccios y solsticios.
Los señores de la vegetación (seres terrenales y pecadores sexuales) sólo pueden volver a la tierra desde lo alto del mástil. Su función es evitar que Cristo Sol ascienda al plano celeste.
Mazahuas
Santa María Joyabaj, Guatemala.
Ajxijoj Kiktzoykib’ Pwi´che (Danza del mono)
Fiestas patronales, equinoccios y solsticios.
Los monos son seres humanos incompletos. Los Voladores se comunican con los dioses para perfeccionar su existencia humana. La variante reside en que vuelan solamente dos ejecutantes y se acompañan de música de marimba.

CUENTOS Y LEYENDAS

ORIGEN DE LA DANZA DEL VOLADOR

LEYENDA1

Salvador Francisco Francisco 2

Dicen que fue un chamaquito quien organizó la danza tal como la soñaba, pues en sueños, le platicaban y le decían que invitara a la gente para que participara con los danzantes el día de la fiesta del lugar.

Cuando tenía estos sueños, se los platicaba a sus papás diciéndoles que era su “dueño” quien le hablaba. Algunos no le creían, decían que estaba loco, pero otros le hicieron caso y así fue como se originó la Danza del Volador.

El mismo chamaquito fue quien empezó a enseñar el baile, la música y el nombre de cada danzante y del grupo.

Llegó el día en que hicieron una fiesta y participaron los Toreros, los Guaguas y los Voladores. Sin embargo, el chamaco les dijo que ya no se haría nada y los demás danzantes se molestaron, pues dijeron que los estaba engañando. Así trascurrió un año. Al chamaquito le dijeron que hiciera otra invitación, pero no todos la aceptaron. Sólo lo hicieron los Voladores, quienes dijeron: “Iremos adondequiera que haya fiesta”.

Y así fue: enterraron el palo volador, lo arreglaron y lo amarraron con mecate. Luego subieron y se sentaron en cada uno de los cuatro lados. Uno de ellos se paró sobre el carrete y comenzó a tocar el son de “la caída” con su flauta.

Al iniciar el descenso, dicen que apenas habían dado dos vueltas cuando, de repente, se chispó su carrete y una nube muy grande con viento se los llevó hacia los cielos, allá donde nace nuestro señor el Sol. Allá se perdieron. La gente se asustó mucho y por eso tumbaron el palo volador, pero a los tres días vieron que los cinco Voladores regresaban nuevamente hasta donde había estado el mástil. Ellos no pudieron descender porque lo habían tumbado. Por esto, regresaron al cielo, dirigiéndose otra vez adonde nace nuestro señor Sol.

Cuentan que, hasta la fecha, allá están los cinco Voladores que iniciaron la gran Ceremonia tradicional del Volador; a esto se debe que no podamos olvidar esta vieja costumbre.

También dicen que aquellos danzantes y los actuales llegan a estar cerca de nuestro señor Sol.

1 Publicado originalmente en Nuestra Cultura, cartel promocional, México, DGCPI, abril, 1985.
2 Promotor cultural de la Unidad Regional Norte de Veracruz, DGCPI.

DANZA DEL VOLADOR

LEYENDA TOTONACA3

Recopilación de Rubén Croda León4

Eran las festividades de la feria anual; había danzas, juegos, bailes y otros atractivos. La tradición no precisa un lugar, algunos dicen que fue en Coxquihui, otros que en Caxhuacan; los de Huehuetla aseguran que fue en ese lugar y unos más señalan que ocurrió en Copala.

Al cuarto día de fiesta, los Voladores emprendieron el ritual de la danza que precede al vuelo e iniciaron el ascenso al palo volador para ocupar sus respectivos lugares. Dio principio la danza invocatoria a los cuatro rumbos del universo, dirigiéndose a la deidad solar.

Ya se disponían a volar cuando, súbitamente, la manzana, el cuadro y los mecates se separaron del palo volador y los danzantes subieron girando al cielo sin dejar de ejecutar su música, hasta que ya no se vio ni se oyó nada.

Aquel acontecimiento causó desesperación y preocupación. Entonces, todos se reunieron en torno al palo volador para discutir sobre el asunto, hasta que el hombre más viejo ordenó que se derribara el palo, pues se pensaba que los hombres que ascendieron ya no regresarían. A los cuatro días, grande fue su sorpresa cuando volvieron a escuchar el toque de la flauta y el tambor en la lejanía.
Conforme se acercaba, se hacía más fuerte y nítido. Los presentes dudaban si eran los mismos danzantes que habían ascendido, hasta que nuevamente percibieron el cuadro y la manzana con los Voladores que venían girando al compás de la música.

Pero el palo ya no estaba en posición vertical, por lo que los Voladores, después de demorar un poco, volvieron a girar hacia el cielo y se fueron para siempre.

Los asistentes se lamentaron por no haber dejado el palo en su sitio, pues habrían tenido la oportunidad de conocer, por boca de los mensajeros, el relato sobre su visita a la deidad solar.

Cuentan que hasta la fecha, allá están los cinco Voladores que iniciaron la tradición y por ello no se puede olvidar la costumbre. Los Totonacas esperan que, algún día, los danzantes vuelvan a elevarse al Sol para que, a su regreso, el pueblo conozca el mensaje divino.

3Publicado originalmente en “Danzas tradicionales del Totonacapan”, folleto de divulgación, edición mimeografiada, Papantla, URNV, 1993.
4Investigador de la Unidad Regional Norte de Veracruz, DGCPI.

DANZA DE LOS VOLADORES DE LA SIERRA5

Francisco Acosta Báez6
Zeferina Gaona Vega7

Cuando Jesucristo no gobernaba este mundo, todo estaba oscuro. Jesucristo también vino a vivir en esta tierra, fue una
persona como las que existen actualmente, pero era bueno e inteligente. Su intención no era presumir, aunque era poderoso. Desde su infancia, comenzó a destacar porque, a pesar de su edad, ya sabía más cosas que una persona adulta. Tiempo después, algunas personas se preguntaron: “¿Será cierto eso?
Para saber, hay que ponerle a prueba”. Le pusieron una primera prueba y la solucionó; le siguieron poniendo una tras otra y todas las fue solucionando. Llegó el momento en que comenzaron a odiarlo y empezó a tener enemigos porque descubrieron que en realidad era bueno. No sabían cómo vencerlo y decidieron matarlo.

Los amigos de Jesús se enteraron de ese rumor e inmediatamente se lo dijeron. Él también estaba informado al respecto y no mostraba ninguna preocupación porque ya sabía cuál era su destino. San Rafael, un pescador que era su amigo, dijo: “Voy a capturar un pez volador para que Jesús lo cene antes de que sea asesinado, de forma que, cuando ya esté muerto, lo ayude a salvar su espíritu, por ser carne blanca”. Si hubiera sido carne roja, significaría comerse a sí mismo y no habría tenido salvación.

El pescador tomó su atarraya y se dirigió al río (un miércoles); enseguida trajo bastantes peces voladores y los empezaron a preparar. Estando ya lista la cena, Jesús suplicó a sus amigos que lo acompañaran y ellos obedecieron. Antes de cenar, Jesús les hizo ver lo siguiente: “Tiene que suceder lo que ustedes ya saben de mí, pero no se preocupen, no duden, no lloren; yo no los voy a abandonar.Dejen que me hagan lo que quieran; aunque me maten, no me voy a morir para siempre. Pobrecitos, son tontos, ellos no saben quién soy. Lo único que les suplico es que ustedes permanezcan donde me entierren porque yo resucitaré e iré a la gloria. Luego, los atraeré desde allá y, cuando sientan que se están elevando, gritarán.

A continuación, empezaron a cenar (un jueves). Jesús agradeció, diciendo: “Por haber yo cenado carne de pescado, bendigo a los peces que se encuentran en el río. De hoy en adelante, también de eso se alimentarán”. 

Al día siguiente (un viernes), Jesús fue apresado por sus enemigos. Lo golpearon, lo arrastraron, lo mataron y lo enterraron, pero sus amigos cumplieron las instrucciones que habían recibido. Cuatro amigos (San Rafael, San Juan, San Pedro y San Oneya) rodearon el lugar donde lo habían sepultado, uno en cada uno de los cuatro lados. Posteriormente, Jesús resucitó; del lugar donde fue enterrado salió una paloma y se elevó hacia el cielo. Cuando llegó allá, se aclaró el mundo. Inmediatamente, Jesús atrajo a sus amigos, los cuales gritaron al ser elevados.

Los enemigos presintieron que algo había sucedido con Jesús, por lo que se acercaron a la sepultura. Cuando llegaron allá, ya no había nadie y la fosa no estaba como la habían dejado, pero todavía alcanzaron a ver que los amigos de Jesús se elevaban entre gritos. Entonces supieron que él había resucitado y se elevaba a la gloria junto con sus amigos.

De la elevación de Jesús y de sus cuatro amigos, surgió la Danza del Volador, con la cual se conmemora y representa aquel suceso.

(Fragmentos de las entrevistas realizadas por Chloe Campero)

5 Publicado originalmente en “Nuestra Palabra”, suplemento especial de El Nacional, México, 1990.
6 Investigador de la Unidad Regional Norte de Veracruz, DGCPI.
7 Promotora cultural de la Unidad Regional Norte de Veracruz, DGCPI.

BIXOM T’IIW: VOLADORES TEENEK DANZA DEL GAVILÁN

 DE TAMALETOM, SAN LUIS POTOSÍ

Benigno Robles, antropólogo Teenek

Desde tiempos antiguos, la Danza del Gavilán se realiza con el fin de agradecer a Dhipaak (Dueño del Maíz) por los beneficios recibidos en la cosecha de agosto.

La Ceremonia empieza con la elección, el corte y el traslado del árbol del volador, llamado dhotom-te. Luego llega el momento de levantarlo y llevar a cabo la ceremonia principal o danza, en donde el caporal, al subir al palo, lleva un guajolote joven cuyas plumas, que son símbolo del águila, son ofrendadas al Sol. Los Voladores Teeneks portan un gorro cónico de color rosa; en su pecho, se cruzan dos bandas verdes y amarillas; en las muñecas, traen una pulsera de donde cuelgan plumas de águila.

La Danza del Gavilán es un medio para comunicarse con Muxi’ (Señor del Mar), Maamlab (Señor del Trueno) y Miim Tsabaal (Madre Tierra), así como con el Dueño de la Vida, vinculado a la naturaleza, la vida espiritual y el cosmos.

Los invitamos a conocer la Ceremonia del vuelo de los Teeneks de Tamaletón (tam-ale-toom: lugar de la milpa de zacate). No la debemos ver como un espectáculo sino como una danza ejecutada por hombres valientes, arriesgados, de buen corazón y que aman su cultura y tradiciones.

AJXIJOJ KIKTZOYKIB´ PWI´CHE´: VOLADORES QUICHÉS DANZA DEL MONO DE SANTA MARÍA JOYABAJ, GUATEMALA

Lorenzo Jiménez, Volador Quiché

La variante de la danza de Aj K’oy o Danza del Mono reside en que vuelan solamente dos ejecutantes y un caporal que representa al personaje del mono. Los dos Voladores simbolizan ángeles rubios. Estos seres anómalos buscan la comunicación con los dioses para alcanzar el estado
humano y recibir bonanzas y bendiciones para su pueblo. El ritual se acompaña con música de marimba.

Los Quichés son herederos de una religión y cultura antiguas. A pesar de la marginación y la guerra, han sabido conservar y defender su identidad y sus tradiciones.

NENTZÁ: VOLADORES ÑAÑHÚS

Don Rafael, volador ñañhú de la comunidad de Chila de Juárez, Municipio de Honey, Puebla

El vuelo de los ñanhús es una interesante variante compuesta de seis integrantes que representan a los dioses creadores del Universo. El caporal es el personaje de la Maringuilla o Malintzin que representa la dualidad con la figura femenina que fertiliza la tierra.

La ceremonia de los danzantes Ñañhús se viene transmitiendo de generación en generación desde 1300. Su ejecución con la Malintzin como una de sus integrantes se dejó de realizar durante cincuenta años y poco a poco se ha recuperado ese acervo cultural de la comunidad.